Holocausto voluntario

En mi post de felicitación de Año Nuevo, ya os anunciaba que durante 2007, el tío Jack se sentiría muy complacido de recibir víctimas voluntarias, dispuestas a exponer con valentía sus gaznates blogueros a mi despiadado y preciso estilete. Pues bien, ahí van las estocadas que les he tirado a estos incautos, tan felices ellos de ir haciendo gala de su mediocridad y de meterse en la boca del lobo como quien va de visita a un convento de monjitas...

OPERACIÓN LEMUR

Este blog responde perfectamente a la pregunta de ¿se puede escribir un blog sobre la nada? Como dice Squall, el esquizoide que firma la operación susodicha, “aquí solo se escriben chorradas y dementadas de su autor”. Es decir, este es un blog para leer mientras se hacen otras cosas, como ver páginas porno o evacuar los intestinos (eso, si se dispone de un ordenador de estos nuevos y pequeñitos que meter en el escusado). Porque Operación Lemur es una mezcla entre un monólogo de Ozores (¿alguien recuerda aquello de “¡No hija, no!”? Seguro que es prehistoria de la tele), un discurso de Marx (de Groucho, claro) y la mitad de media butifarra tarraconense configurada para emitir rayos gamma. Es decir, una ida de olla como no se veía desde tiempos de San Jorge (que es santo por liquidar un dragón, fíjate). Entre dadaísta y subrealista con tintes de cachondeo estilo “los albóndigas en remojo”. Y ya, que me pierdo yo también.

Tres hurras por el autor (un genio destinado a alcanzar mejores cimas y seguro que un ligón empedernido ¿para cuándo una foto de tu novia?) y el blog, al Purgatorio.

HUMOR GRÁFICO (JR MORA)

Decía Jardiel Poncela que lo peor de la Humanidad son las mujeres que se creen irresistibles y los hombres que se creen infalibles (si iba eso por el Papa, la censura franquista debía de estar a por uvas). JR Mora ha construido un blog basado en sus chistes gráficos, en los que en un sólo dibujo nos plantea una idea destiladísima que se adivina fruto de una reflexión bastante trabajada. Y con esos dibujitos, el hombre nos muestra su visión del mundo, de ese mundo tan corrupto, tan injusto y tan malvado que tanto le gusta contarnos al rojerío dominante (cuéntame cómo pasó...). ¿Es que no hay nunca nada bueno que contar? El humor es un arma tan poderosa que el simple hecho de usarlo presupone que el chistoso se coloca por encima de la realidad sobre la que produce sus chanzas. La infalibilidad, sí.

Sin embargo, y por mucho que reconocer esto le pueda costar una hernia de hiato al tío Jack, los chistes de JR. Mora, además de ingeniosos, tienen ese punto de modestia que hace que todo se equilibre de manera mágica, como el truco del ilusionista en el que estabas mirando a otro lado cuando ya te la ha metido. Si el amigo JR Mora fuera una empresa del IBEX 35, el tío Jack metería algunas de las riquezas fruto del saqueo de sus víctimas en acciones de este blog, porque no pasará mucho tiempo sin que empiece a subir como la espuma.

Salvado, salvado (y a callar, todos, eh).