Destripando a Risto Mejide

Han pasado ya unos días desde mi última acción y comenzaba a sentirme inquieto y nervioso. Mis digestiones se habían hecho pesadas y un eczema rojizo muy desagradable me estaba saliendo en las manos. No es la primera vez, así que en seguida comprendí que necesitaba sangre. Además, esta vez no me valdría cualquier cosa. En esta ocasión había que atacar algo de más enjundia, de más peso. En cuanto comprendí esto, todo comenzó a mejorar.

Me relajé y, mientras dejaba la mente en blanco para intentar inspirarme, puse la tele. Después de zapear un rato, el malestar había retornado a mi estómago con renovado furor. La televisión en España es realmente una cosa muy desagradable, especialmente diseñada para apaciguar a las almas más primitivas. Sentí una gran sed de venganza.

Así que entré en Blogissimo y me puse a hurgar con saña en los blogs de televisión, cuando encontré, nada más y nada menos que el blog (por llamarle de alguna manera) del mismísimo Risto Mejide.

Desde el Circo, en realidad no se ha inventado ningún espectáculo nuevo. Como digo, la televisión de hoy día es una payasada para débiles mentales (¿recuerdan aquellos Épsilon de “Un Mundo Feliz”?). Las cadenas necesitan payasos nuevos cada cierto tiempo (así funciona su negocio; la masa se lo traga todo) y cualquier tipo un pelín avispado y sin mucha vergüenza, es capaz de inventarse su propio personaje de payaso en tiempo récord. Risto Mejide es uno de ellos.

De hecho, el tipo replica exactamente la técnica de los payasos: para empezar, un vestuario que llame la atención (en vez de zapatones y pantalones anchos, ha mezclado una estética modernilla con unos tintes de facha rancio), luego la nariz de payaso (que aquí son unas gafas ridículas años 70) y después, elegir entre el payaso tonto y el listo: escoge el listo, modernizándolo mediante una bordería fingida que no es otra cosa que un trasunto de ese falso fanfarroneo de matón de lucha libre mejicana. Nada nuevo, desde luego, pero bastante eficaz.

A partir de aquí se hace famoso (esto es lo fácil, créanme) y, como está de moda, se monta un blog en su honor. Pero claro, como buen payaso de la tele, es imposible que la cosa tenga mucho empaque (si hay algo superficial en este mundo, eso es la televisión). Para darle contenido, lo forran de vídeos de sus intervenciones en OT (algún link no funciona, por cierto) con algún comentario chusco, un link en la wikipedia (que espero que alguien borre pronto o les retiro mis donativos) y un texto abstruso, caótico y malo, requetemalo (que me dormí leyendo) de unas 50 páginas, y que al parecer son las obras completas del licenciado Mejide. Ah, también vende camisetas. Uffff.

¿Para cuando el disco y el muñeco bailón del parabrisas?

Al infierno.